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Aceleradora Espacia: Diseño colaborativo de prótesis

Desde hace varios años en muchos ámbitos existe una tendencia creciente en el aumento de la participación de la ciudadanía y los usuarios en la toma de decisiones. Así ha nacido el urbanismo participativo o la ciencia ciudadana. El ámbito de la salud y en concreto los productos de apoyo a personas con discapacidad no es ajeno a este cambio. Si analizamos el proceso desde que una persona es diagnosticada y recetada para el uso de un producto de apoyo o prótesis, debemos preguntarnos, ¿qué capacidad de decisión tiene?, ¿hasta qué punto su cuerpo debe adaptarse a unos modelos catalogados en tallas, formas y materiales?, ¿puede aportar desde su experiencia en una mejora en los productos que usa? Imaginemos por un momento que abrimos la pregunta a los expertos y habilitamos no solamente un diálogo y recogida de información sino un proceso real de co-diseño. Establecer nuevos espacios de escucha, con capacidad de generación de soluciones técnicas puede ser una gran puerta para innovaciones en nuevos productos, mejora de los ya existentes, pero, sobre todo, para la mejora en la calidad de vida de los usuarios y su empoderamiento como personas activas y con pleno derecho en la decisión sobre su salud y su cuerpo. Con las nuevas metodologías de diseño colaborativo, el conocimiento compartido en red disponible gracias a internet y las nuevas herramientas de fabricación digital (impresión 3D), este paradigma ya es posible y está surgiendo en decenas de comunidades en el mundo. Usuarios en grupos colaborativos junto a expertas y expertos en prótesis, diseño, ingeniería, etc. están planteando nuevas soluciones para sus productos de apoyo. Los comparten en internet con licencias abiertas y los reproducen gracias a impresoras 3D, logrando además unos costes muy bajos. Conocimiento colectivo y usuarios en el centro del proceso para mejorar la vida de los ciudadanos. Sin embargo, como en muchos otros ámbitos, no solamente es suficiente con los expertos en experiencia y hay que seguir contando con perfiles del ámbito del diseño industrial, la protésica, terapia ocupacional, ingenierías, etc. E incluso abrirlo a muchos otros profesionales que aporten nuevas miradas y soluciones. Quizás en un futuro, podamos tener protocolos y códigos de buenas prácticas para que estas iniciativas sean más extendidas y logremos una mejora más amplia de la sociedad. En España existen algunos proyectos y grupos que desarrollan prótesis y otros productos de apoyo con estas lógicas, impulsados por universidades, centros públicos o iniciativas personales. Por ejemplo Autofabricantes, con más de cinco años de trayectoria y muchas líneas de investigación. Gracias a estas metodologías ha creado proyectos tan prometedores como SuperGiz, una prótesis de brazo con gadgets intercambiables e impresa en 3D. Las niñas y niños son los que co-diseñan los gadgets que necesitan. Ahora ya están en proceso de validación científica y han conseguido involucrar a decenas de familias que ya usan sus diseños y varias miles que los han descargado en todo el mundo. Todo a partir de una sencilla pregunta, ¿cómo podría ser tu nueva prótesis? En su página web podrás encontrar más información del proyecto

Recomendaciones para escoger una silla de oficina en casa

En Fundación ONCE existe un servicio de asesoramiento para la adaptación de puestos de trabajo para personas con discapacidad. También hay disponible un banco de productos de apoyo, a través del cual se prestan adaptaciones, durante un tiempo determinado, a las entidades para que puedan comprobar cuáles son más adecuadas para sus trabajadores. Una de las consultas más frecuentes en este servicio es cómo escoger una silla de trabajo para el domicilio. En un entorno de oficina, se indica que la silla debe tener el máximo número de sistemas de regulación. Esto es debido a que muchas veces los puestos son compartidos, y a que, en ocasiones, las medidas de la persona requieren adaptaciones que no incluyen las sillas menos completas. Sin embargo, cuando se trata de escoger silla en el domicilio, algunas de estas regulaciones no son necesarias, siempre y cuando los parámetros se ajusten a las necesidades y medidas antropométricas de la persona. Si se configura un puesto de trabajo desde el principio, lo idóneo es escoger la silla y luego regular la altura de la superficie de trabajo, pero las mesas regulables en altura no son frecuentes en un domicilio. Por eso, el primer paso es medir desde el suelo a la parte superior del tablero de la mesa. Esa distancia va a determinar varios parámetros de la silla. La regulación en altura del asiento de la silla es imprescindible. La altura del asiento debe ser tal, que los pies queden completamente apoyados en el suelo, con las rodillas a 90º, mientras que la cadera puede estar en un ángulo algo más abierto. No obstante, si la superficie de trabajo no es regulable, es muy posible que la altura se determine teniendo en cuenta que los antebrazos deben poder apoyarse sobre la mesa manteniendo una flexión de codos de 90º. Si tras hacer esto los pies se queden sin apoyo, será necesario utilizar un reposapiés. La siguiente regulación que conviene tener en cuenta, es la altura del reposabrazos. Lo ideal es que éstos queden a ras de la superficie de trabajo de manera que permitan apoyo total del antebrazo, manteniendo el ángulo de 90º ya mencionado. De este modo, los hombros quedarán apoyados en el respaldo. Sin embargo, muchas personas apoyan el antebrazo, pero sobre la mesa. Esta postura no es totalmente incorrecta, pero los hombros no tendrán tan buen soporte como en el caso anterior. La posibilidad de tener una silla cuyo respaldo y asiento basculen es recomendable, ya que permitirá cambios posturales que alivian la presión. Las regulaciones de profundidad de asiento y altura de respaldo no serán necesarias siempre y cuando se haya comprobado que la silla se adapta a la persona. En el primer caso, la profundidad debe permitir el apoyo completo del muslo dejando libre una zona de unos 5cm desde el hueco poplíteo, que es la parte posterior de la rodilla. El respaldo debe llegar a la altura de los hombros. Respecto a la forma del respaldo, material, etc. se recomienda probar diferentes opciones para comprobar cual resulta más confortable para cada persona. Por lo tanto, al escoger una silla de oficina para el domicilio, hay que tener en cuenta, las siguientes características:
  • Silla con regulación en altura
  • Apoyo total de los pies sobre el suelo o sobre un reposapiés
  • Apoyo de los antebrazos sobre los reposabrazos o en su defecto, sobre la superficie de trabajo. Manteniendo un ángulo de 90º
  • Profundidad del asiento suficiente para que quede apoyado el muslo completo excepto una zona de unos 5cm previa al hueco poplíteo
  • Respaldo a la altura de los hombros
En caso de que la persona tenga una patología musculo esquelética, dolor crónico o cualquier otra circunstancia especial, es recomendable acudir a un especialista que le ayude a determinar el mejor tipo de silla.

Proyecto colaborativo Red FONCE3D

El 28 de octubre, la Fundación ONCE presentó RED FONCE3D, que supone un paso más dentro del proyecto de impresión de productos de apoyo en 3D que lleva la Fundación. Además de compartir los archivos de los diseños realizados estos años, el evento abrió la posibilidad de que las entidades relacionadas con la discapacidad aporten ideas que cubran necesidades de las personas con discapacidad. En 2016, al amparo del convenio con el Real Patronato sobre discapacidad, la Fundación ONCE puso en marcha un proyecto relacionado con la accesibilidad y los puestos de trabajo. Una de las actividades que incluía este proyecto era la realización de valoraciones de puestos de trabajo, con el fin de adecuar el puesto a la persona y obtener conocimiento de dicho proceso. En una de las valoraciones, realizada en 2017, se prescribió el uso de un dispositivo comercial para ampliar la superficie de una mesa, de modo que el trabajador pudiese apoyar sus antebrazos. . Sin embargo, el anclaje de la pieza chocaba con la silla adaptada que tenía la persona. Ese fue el detonante que hizo plantear la posibilidad de hacer una pieza a medida. Ese año se imprimió un reposabrazos, pero el equipo aún no sabía cómo lograr hacer un solo diseño que sirviese para cualquier grosor de mesa, longitud de antebrazo, etc. Por eso, en 2019, el equipo se formó en el diseño de piezas parametrizables y se presentaron 8 productos diferentes, varios de ellos con la característica de poder imprimirse con diferentes parámetros en función de las necesidades de la persona. Estos diseños fueron presentados en la EXPO 3D, cuyo video se puede visualizar en la videoteca de Accessibilitas. Otro de los servicios que va a permitir esta RED FONCE3D es la posibilidad de que otras entidades soliciten a la Fundación ONCE la impresión de productos incluidos en la colección. Para acceder al cuestionario y las condiciones de solicitud, visite la sección de productos de apoyo de Accessibilitas. La Fundación confía en poder seguir haciendo crecer este proyecto y que la RED FONCE3D se convierta en un referente en el mundo de la impresión 3D y los productos de apoyo.
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