Observatorios en materia de accesibilidad

Ciclo de cine: La parálisis cerebral

El Foro de Expertos en Accesibilidad e Innovación del pasado 18 de febrero, dentro del ciclo de cine que abarca la accesibilidad en el ocio y la cultura, se proyectó el corto “Ian” de la Fundación Ian y dirigido por Abel Goldfarb, centrado en esta ocasión la parálisis cerebral. El corto muestra la historia de un niño y su lucha por conseguir la integración en su entorno. Mercè Luz Arqué, responsable del Departamento de Cultura y Ocio, dentro del Área de Accesibilidad e Innovación de la Fundación ONCE fue la encargada de presentar el corto y de moderar el debate. En este foro estaban invitados a participar Sheila Graschinsky, presidenta de la Fundación Ian, y Abel Goldfarb. Ambos nos dieron sus opiniones y puntos de vista sobre discapacidad, el cine, y el papel de las familias y la sensibilización de la sociedad. Sheila es Licenciada en Comunicación Social, Coach Ontológico Profesional y posee un Master en Gestión del Conocimiento en Canberra University, Australia. Como madre de cuatro hijos y uno de ellos con discapacidad, ha aplicado toda su experiencia profesional para ayudar a otras familias que están en su misma situación, con la creación de la Fundación Ian, la cual preside. Nos contó cómo quería dar otro empuje a la difusión del mensaje de sensibilización de la sociedad y empezó con este proyecto audiovisual. Además, destacó lo importante que es trabajar por el apoyo y cuidado de estas familias. Abel por su parte comenzó su carrera a la temprana edad de 15 años con la creación de su primera productora y ya a los 17 años recibió sus primeros galardones. Desde entonces y hasta ahora ha trabajado en múltiples proyectos dentro del mundo de la animación y con Ian, ha obtenido distinciones en más de 70 festivales internacionales. El director destacó que el éxito del proyecto se benefició de la incansable acción de Sheila, pero también por la calidad del mismo y el empuje recibido por la participación de gente tan importante como el conocido director Juan José Campanella. Además en esta ocasión se ha contado con la intervención en directo de dos asistentes al evento, David Alonso, trabajador de Fundación ONCE-Inserta, que contó su experiencia de niño y las barreras que experimentó por tener parálisis cerebral, y Vanesa, que como madre de un niño con gran discapacidad, ve con optimismo el cambio que experimenta la sociedad frente a la discapacidad. Para el próximo Foro de Expertos continuaremos el ciclo de cine con la temática de la discapacidad auditiva y la proyección de los cortometrajes “Sí a todo” y “Vuelco”, del director Roberto Pérez-Toledo. ¡Ya puedes inscribirte! Te recordamos que todos los eventos del Foro de Expertos en Accesibilidad e Innovación quedan grabados y subidos a su lista de reproducción en el canal de Youtube de Fundación ONCE.

Los pacientes con discapacidad dan un aprobado raspado a la accesibilidad de los servicios sanitarios

Los pacientes con discapacidad ponen un aprobado raspado (5,5 puntos sobre 10) a la accesibilidad de los servicios sanitarios españoles, lo que supone que tienen todavía “un largo recorrido” por hacer para que sean “plenamente usables” por todos los ciudadanos. Así lo evidencia un estudio elaborado por Fundación ONCE e ILUNION Tecnología y Accesibilidad con el fin de detectar problemas a los que luego buscar soluciones en el ámbito de la salud. El trabajo es la continuidad de un proyecto iniciado por las dos entidades en 2019 para tratar de buscar nuevas soluciones a problemas y retos latentes en el sistema sanitario y así mejorar la calidad de la atención a los pacientes con discapacidad en particular y de la ciudadanía en general. Para llevarlo a cabo, Fundación ONCE e ILUNION Tecnología y Accesibilidad pasaron en 2020 una encuesta online a más de mil personas, de las que un total de 798 eran pacientes (con y sin discapacidad) y 211 profesionales de la salud. Además, diseñaron talleres colaborativos destinados a expertos en accesibilidad, personal de atención a pacientes, innovación, profesionales sanitarios, proveedores de gestión sanitaria y entidades de discapacidad. Tras analizar los resultados de este material, el estudio concluye que la valoración total de la accesibilidad en los servicios sanitarios evaluados por parte de los pacientes con discapacidad que han participado en la encuesta es de 5,5 puntos, lo que significa que queda todavía mucho trabajo por hacer, ya que recuerda el texto “para que un entorno sea totalmente accesible para todas las personas, la puntuación debería estar cercana al 10”. Además, abunda el trabajo, todos los caminos del ámbito en el que se encuentra un servicio sanitario “deben ser accesibles por ley, de modo que una persona con discapacidad no vea interrumpida o dificultada la realización de sus actividades porque uno de los caminos, un entorno o espacio, no es accesible y no le permite avanzar en su recorrido de forma autónoma hasta poder acceder a ese servicio”. Desglosada la nota por escenarios, el menos accesible para los pacientes con discapacidad es el de urgencias (5 puntos) y el más accesible, la consulta médica presencial (6,1 puntos). Entre ambos se sitúan la consulta médica telefónica (5,2), la consulta médica online (5,3), hospitalización (5,6) y pruebas diagnósticas presenciales (5,9). De esta forma, los resultados del informe permiten inferir que “aún queda “un largo recorrido” para que los entornos y todo aquello que forma parte de los servicios y procesos sanitarios sean plenamente usables por cualquier persona, independientemente de sus capacidades”. Esto significa que cualquiera ha de poder concertar una cita, utilizar los espacios sanitarios o comunicarse con los profesionales de la salud de forma autónoma. Pero para que esto sea una realidad, los profesionales de la salud reconocen que necesitan formación en accesibilidad, ya que casi el 60% de los que han participado en este estudio dicen no haberla recibido, lo que significa que pueden no conocer la normativa y, por tanto, no aplicarla adecuadamente. Desde esta perspectiva, el trabajo señala que “es necesario definir dentro de los indicadores de calidad asistencial en salud indicadores de accesibilidad”, para que sea también un motivo de evaluación para las Agencias de evaluación tecnológica. Otra de las conclusiones del estudio indica que las mayores dificultades para los pacientes con discapacidad siguen estando en los centros de salud y hospitales, ya que la falta de accesibilidad física les impide desplazarse autónomamente por las instalaciones, donde la señalización muchas veces es inadecuada y los sistemas de gestión de turnos son inaccesibles. Igualmente, las personas con discapacidad encuentran dificultades a la hora de interactuar con las herramientas digitales de una consulta online. La post-consulta es el ítem peor valorado de este servicio, por la falta de acceso a informes u otra documentación, o bien porque estos informes no están en formatos accesibles. Esto hace que los profesionales demanden formación en competencias digitales en atención a los pacientes con discapacidad. Pese a esta dificultad de tipo digital, los usuarios con discapacidad no se rinden y optan por aprovechar las oportunidades que brindan las tecnologías, descargando también ellos aplicaciones móviles para acceder a los servicios digitales de salud. Otorgan de media 6,40 puntos a la accesibilidad de estas apps, dentro de una escala de 0 a 10, donde 0 es ‘totalmente inaccesible’ y el 10 ‘totalmente accesible’. Finalmente, el trabajo constata que la crisis provocada por el Coronavirus ha cambiado la forma de interactuar con el sistema sanitario. En este cambio destaca algunos aspectos positivos, como la comodidad de las consultas telefónicas para evitar desplazamientos, y otros negativos, como las barreras en la comunicación generadas por el uso de mascarillas para las personas con discapacidad auditiva. Fuente: Fundación ONCE

Los servicios de accesibilidad de la TDT alcanzan su máximo histórico en 2020

Durante el año 2020, la televisión digital terrestre en España contó con el mayor número de horas y contenidos subtitulados, audiodescritos e interpretados en lengua de signos española (LSE) para personas con discapacidad sensorial desde que se empezaron a monitorear estos servicios. La crisis sanitaria por la COVID-19 supuso una serie de restricciones al ocio y favoreció que los ciudadanos pasaran más tiempo en sus hogares. Esto dio lugar a un aumento en la demanda de servicios de entretenimiento audiovisual, tanto de televisión lineal como de redes sociales y servicios de vídeo bajo demanda por suscripción. En el caso de la TDT, los últimos datos ofrecidos por el Centro Español del Subtitulado y la Audiodescripción (CESyA) muestran que ha aumentado el porcentaje de subtítulos y el número de horas audiodescritas e interpretadas a LSE; servicios que posibilitan que los espectadores con discapacidad visual y/o auditiva puedan disfrutar en igualdad de condiciones de los contenidos televisivos. En el año 2020, el porcentaje de subtítulos mostrados en la TDT se elevó hasta el 85,84%, un 2,31% más que en el periodo anterior y llegando a alcanzar la cifra más alta de su historia. Por otro lado, el número de horas de programación audiodescrita semanal aumentó hasta lograr una media de 8,04 horas, aproximadamente una hora más que en 2019. Lo mismo ha sucedido con la media de horas semanales interpretadas a LSE, que en 2020 se ha situado en 5,49 horas, frente a la media de 4,74 horas del año anterior. “Nos complace mucho poder dar una buena noticia relacionada con la accesibilidad en 2020”, comenta Belén Ruiz Mezcua, directora del CESyA y catedrática de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). “La pandemia ha puesto en jaque muchos servicios de accesibilidad y ha comprometido la calidad de vida y el acceso a la cultura y al ocio de muchas personas con discapacidad. Afortunadamente, parece que la accesibilidad a la TDT ha salido reforzada en este periodo”. El CESyA es un centro dependiente del Real Patronato sobre Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, gestionado por la UC3M, y que cuenta con la colaboración del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI). Este centro es el encargado de monitorizar el estado de estos servicios en nuestro país. A través de la herramienta informática SAVAT (patentada por el Real Patronato sobre Discapacidad y la UC3M), el CESyA recopila los datos sobre el subtitulado, la audiodescripción y la LSE en las emisiones de la TDT desde el año 2010. En ese lapso de tiempo, se ha analizado la accesibilidad de más de 1.910.360 horas de televisión para realizar el seguimiento del cumplimiento con los niveles mínimos de accesibilidad para personas con discapacidad que establece la Ley General de la Comunicación Audiovisual. Esta ley obliga a que el 90% de las emisiones en los canales públicos estén subtituladas y el 75% en los canales comerciales. Del mismo modo, los servicios de comunicación audiovisual televisiva de cobertura autonómica, ya sean públicos o privados de carácter comercial, han de contar con un mínimo de dos horas audiodescritas diarias (y todas las correspondientes a programas informativos) así como dos horas semanales interpretadas a LSE.

Fuente: CESyA