Observatorios en materia de accesibilidad

El diseño universal como garantía de la asistencia personal

En España, la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia recoge, por primera vez en nuestro ordenamiento jurídico, la figura de la asistencia personal. Este término está definido en la ley como el servicio prestado por un asistente personal que realiza o colabora en tareas de la vida cotidiana de una persona en situación de dependencia, de cara a fomentar su vida independiente, promoviendo y potenciando su autonomía personal. La autonomía personal está ligada a conceptos de igualdad, libertad, dignidad e inclusión social pero, también, a la consecución del diseño universal puesto que, sin él, gran número de personas no podrán acceder a determinados servicios, productos o entornos. La autonomía personal se conecta con la asistencia personal al ser un elemento más del diseño universal para lograr unos objetivos. Este es el caso en que se encuentran aún hoy personas con discapacidad, quienes, a pesar de los progresos sociales alcanzados, ven limitados esos derechos en el acceso o uso de entornos, procesos o servicios que no han sido concebidos teniendo en cuenta los criterios del diseño universal. La asistencia personal es un servicio creado para personas con grandes discapacidades y creado teniendo en cuenta los criterios del diseño universal. Destacar que esta figura se recoge en el artículo 19.b de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad en la que se reconoce como derecho que “las personas con discapacidad tengan acceso a la asistencia personal que sea necesaria para facilitar su existencia y su inclusión en la comunidad y para evitar su aislamiento o separación de ésta”. Asimismo, la Convención reconoce la importancia del diseño universal con el objetivo de concebir entornos, procesos y servicios para que las personas con discapacidad puedan gozar de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. Se reconoce la asistencia personal como derecho que conecta a la persona con discapacidad con su participación en la sociedad. Por lo tanto, no se entiende la asistencia personal sin la existencia de la accesibilidad y el diseño universal.

Fundación ONCE y Nayar Systems se unen para facilitar la accesibilidad dentro de los ascensores

Nayar Systems y Fundación ONCE han firmado un convenio de colaboración con el fin de instrumentar medidas y promover iniciativas que favorezcan la plena y efectiva inclusión y normalización social de las personas con discapacidad. De este modo, la compañía va a facilitar la accesibilidad universal dentro de los ascensores gracias a su tecnología, favoreciendo su uso y siendo apto para toda la sociedad, en igualdad de condiciones. En concreto, las actuaciones ejecutadas por ambas partes llevarán a la consecución de la accesibilidad universal para todas las personas mediante la promoción de actividades de difusión y mejora de las condiciones de accesibilidad del ámbito arquitectónico, mediante elementos tecnológicos para activación, control y uso. Nayar Systems, empresa española especializada en el sector del IoT industrial para el mundo de la elevación, pone a disposición de Fundación ONCE todo su conocimiento tecnológico avalado por más de trece años de trayectoria profesional para favorecer la inclusión social y mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad. A través de proyectos y soluciones innovadoras, sencillas, seguras y sostenibles en el tiempo que se verán materializadas en desarrollos tecnológicos concretos que garantizarán la accesibilidad universal de las personas con discapacidad para vivir de forma independiente, Nayar Systems camina de la mano de Fundación ONCE en su objetivo vital de contribuir a que todas las personas puedan disfrutar plenamente en todos los aspectos de la vida. Con el presente convenio de colaboración, Fundación ONCE asume la realización de diferentes acciones en el ámbito del fomento en materia de accesibilidad universal, ofreciendo formación a través de jornadas, y actuando como asesoría técnica en materia de accesibilidad universal y diseño para todas las personas en el ámbito del entorno construido; así como la promoción de acciones de testeo de soluciones innovadoras y accesibles en la ciudad. Por su parte, Nayar Systems apoyará la celebración de jornadas de difusión en materia de accesibilidad al entorno construido entre la ciudadanía, así como la puesta en marcha de productos y soluciones tecnológicas innovadoras en materia de accesibilidad al entorno construido en la ciudad, focalizándose en el sector en el que se ha erigido como una compañía líder europea: el sector de la elevación. Entre ambas entidades impulsarán, además, proyectos conjuntos en el ámbito del empleo y la formación, así como otras acciones complementarias que se estime oportuno abordar. La accesibilidad universal es el estandarte sobre el que se sustenta este convenio de colaboración, siempre actuando a favor de facilitar la vida a las personas con discapacidad, garantizando su independencia y su participación plena en todos los aspectos de la vida. En palabras de Alexis Nadal, CEO de Nayar Systems: “Desde nuestra compañía estamos muy motivados por favorecer la accesibilidad dentro del ascensor, haciendo posible, fácil y viable su uso gracias a nuestra tecnología”. Por su parte, José Luis Martínez Donoso, director general de Fundación ONCE, ha asegurado que “este tipo de alianzas nos permite avanzar de manera firme en la promoción de la plena inclusión de las personas con discapacidad y en la garantía de sus derechos”. Fuente: Discapnet

Sólo el 2% de los edificios de viviendas construidos después de 2011 son universalmente accesibles

Sólo el 2% de los edificios de viviendas construidos después de 2011 son universalmente accesibles, según el informe ‘La accesibilidad de la nueva vivienda en España’, elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios en colaboración con la Cátedra Unesco de Vivienda de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.
El trabajo denuncia que pese a las estrictas medidas recogidas en la Ley sobre Accesibilidad y no discriminación de las Personas con Discapacidad de 2010, los nuevos inmuebles siguen incorporando barreras arquitectónicas. En los edificios de nueva construcción, aún existen un 30% de entradas con escalones o escaleras, un 54% carece de rampa y sólo un 8% tiene elevadores eléctricos. En España, donde existen 9,8 millones de edificios destinados a viviendas, 2,5 millones de personas tienen problemas de movilidad, 608.000 viven solas en su hogar y 100.000 no salen nunca de su casa. El informe ha analizado y comparado el grado de accesibilidad de las viviendas construidas antes y después de 2011, tanto desde el punto de vista de la accesibilidad universal, como desde la óptica de la accesibilidad legal. Desde el primero se ha mejorado ligeramente, señala, al pasar de un 0,6% en los inmuebles construidos antes de 2011 a un 2% en aquellos construidos después de 2011. En cuanto a la “accesibilidad legal”, sólo un 5% de los edificios construidos después de 2011 son totalmente accesibles en todos sus puntos (en el itinerario desde la calle a la puerta del piso), pese a que ya debieron construirse conforme a los requisitos que marca la ley. Si uno se centra en el portero automático, en el 31% de los edificios no lo pueden usar personas con sillas de ruedas y en un 48% de los casos no hay videoportero. Un 2% carece de este dispositivo. Además, el 45% de las puertas de entrada al edificio no se aguantan solas ni se cierran lentamente y el 35% son demasiado pesadas. En cuanto a los elementos previos a la entrada, en los inmuebles de nueva construcción aún siguen existiendo un 30% de entradas con escalones o escaleras, un 54% carecen de rampa y sólo un 8% tienen elevadores eléctricos. Cuando existe rampa, el principal problema es que no tiene barandillas a ambos lados (44%) o que está excesivamente inclinada (16%). Sin embargo, la accesibilidad del ascensor sigue siendo la peor de todo el recorrido. Aunque los edificios sin ascensor han pasado del 21% en los pisos construidos antes de 2011 a un 3% para los construidos a partir de entonces, todavía algunos se cierran demasiado pronto (16%), en algunos no existen botones en sistema braille (20%) y en otros no se anuncian los pisos con audio (55%). En el caso de los buzones, un 46% no son accesibles para personas en silla de ruedas. Y si avanzamos hacia el garaje, la estrechez de las plazas sigue siendo un inconveniente para las personas con movilidad reducida en un 53% de los casos. En cambio, jardines, piscinas y otras zonas comunes han experimentado una considerable mejora en las viviendas construidas a partir de 2011. El 74% son universalmente accesibles, frente al 57% registrado en los inmuebles anteriores a 2011. Fuente: Solidaridad Digital