Los pacientes con discapacidad dan un aprobado raspado a la accesibilidad de los servicios sanitarios
Los pacientes con discapacidad ponen un aprobado raspado (5,5 puntos sobre 10) a la accesibilidad de los servicios sanitarios españoles, lo que supone que tienen todavía “un largo recorrido” por hacer para que sean “plenamente usables” por todos los ciudadanos.
Así lo evidencia un estudio elaborado por Fundación ONCE e ILUNION Tecnología y Accesibilidad con el fin de detectar problemas a los que luego buscar soluciones en el ámbito de la salud.
El trabajo es la continuidad de un proyecto iniciado por las dos entidades en 2019 para tratar de buscar nuevas soluciones a problemas y retos latentes en el sistema sanitario y así mejorar la calidad de la atención a los pacientes con discapacidad en particular y de la ciudadanía en general.
Para llevarlo a cabo, Fundación ONCE e ILUNION Tecnología y Accesibilidad pasaron en 2020 una encuesta online a más de mil personas, de las que un total de 798 eran pacientes (con y sin discapacidad) y 211 profesionales de la salud. Además, diseñaron talleres colaborativos destinados a expertos en accesibilidad, personal de atención a pacientes, innovación, profesionales sanitarios, proveedores de gestión sanitaria y entidades de discapacidad.
Tras analizar los resultados de este material, el estudio concluye que la valoración total de la accesibilidad en los servicios sanitarios evaluados por parte de los pacientes con discapacidad que han participado en la encuesta es de 5,5 puntos, lo que significa que queda todavía mucho trabajo por hacer, ya que recuerda el texto “para que un entorno sea totalmente accesible para todas las personas, la puntuación debería estar cercana al 10”.
Además, abunda el trabajo, todos los caminos del ámbito en el que se encuentra un servicio sanitario “deben ser accesibles por ley, de modo que una persona con discapacidad no vea interrumpida o dificultada la realización de sus actividades porque uno de los caminos, un entorno o espacio, no es accesible y no le permite avanzar en su recorrido de forma autónoma hasta poder acceder a ese servicio”.
Desglosada la nota por escenarios, el menos accesible para los pacientes con discapacidad es el de urgencias (5 puntos) y el más accesible, la consulta médica presencial (6,1 puntos). Entre ambos se sitúan la consulta médica telefónica (5,2), la consulta médica online (5,3), hospitalización (5,6) y pruebas diagnósticas presenciales (5,9).
De esta forma, los resultados del informe permiten inferir que “aún queda “un largo recorrido” para que los entornos y todo aquello que forma parte de los servicios y procesos sanitarios sean plenamente usables por cualquier persona, independientemente de sus capacidades”. Esto significa que cualquiera ha de poder concertar una cita, utilizar los espacios sanitarios o comunicarse con los profesionales de la salud de forma autónoma.
Pero para que esto sea una realidad, los profesionales de la salud reconocen que necesitan formación en accesibilidad, ya que casi el 60% de los que han participado en este estudio dicen no haberla recibido, lo que significa que pueden no conocer la normativa y, por tanto, no aplicarla adecuadamente.
Desde esta perspectiva, el trabajo señala que “es necesario definir dentro de los indicadores de calidad asistencial en salud indicadores de accesibilidad”, para que sea también un motivo de evaluación para las Agencias de evaluación tecnológica.
Otra de las conclusiones del estudio indica que las mayores dificultades para los pacientes con discapacidad siguen estando en los centros de salud y hospitales, ya que la falta de accesibilidad física les impide desplazarse autónomamente por las instalaciones, donde la señalización muchas veces es inadecuada y los sistemas de gestión de turnos son inaccesibles.
Igualmente, las personas con discapacidad encuentran dificultades a la hora de interactuar con las herramientas digitales de una consulta online. La post-consulta es el ítem peor valorado de este servicio, por la falta de acceso a informes u otra documentación, o bien porque estos informes no están en formatos accesibles. Esto hace que los profesionales demanden formación en competencias digitales en atención a los pacientes con discapacidad.
Pese a esta dificultad de tipo digital, los usuarios con discapacidad no se rinden y optan por aprovechar las oportunidades que brindan las tecnologías, descargando también ellos aplicaciones móviles para acceder a los servicios digitales de salud. Otorgan de media 6,40 puntos a la accesibilidad de estas apps, dentro de una escala de 0 a 10, donde 0 es ‘totalmente inaccesible’ y el 10 ‘totalmente accesible’.
Finalmente, el trabajo constata que la crisis provocada por el Coronavirus ha cambiado la forma de interactuar con el sistema sanitario. En este cambio destaca algunos aspectos positivos, como la comodidad de las consultas telefónicas para evitar desplazamientos, y otros negativos, como las barreras en la comunicación generadas por el uso de mascarillas para las personas con discapacidad auditiva.
Fuente: Fundación ONCE