- Relacionadas con su propio cuerpo
- Relacionadas con el uso del ratón
- Relacionadas con el dispositivo concreto
Utilidad real de los sistemas de seguimiento visual
Es realmente sorprendente pensar que se puede controlar un ordenador con los movimientos de los ojos.
Sin embargo, este sistema no va a ser útil para todas las personas que, a priori, que puedan considerarse candidatas a este producto de apoyo de acceso al ordenador.
Para definir si este sistema es el adecuado, hay que conocer varios aspectos previos.
El primero, saber cómo funciona realmente el dispositivo y que capacidades debe tener la persona para poder utilizarlo.
Lo segundo, plantear qué actividades se van a llevar a cabo ¿quiero trabajar? ¿quiero jugar? ¿quiero acceder a programas específicos? ¿quiero escribir con un teclado virtual? ¿cuál? ¿éste se redimensiona?…
Lo tercero, conocer qué conocimientos previos tiene la persona en relación con las actividades que se definieron previamente.
Por ejemplo, la actividad de acceso al ordenador es la capacidad de utilizar todas las funciones del ratón (clic izquierdo, clic derecho, doble clic, arrastrar y soltar) de manera funcional, con el fin de abrir programas e interactuar con ellos.
Esto requiere de base un conocimiento mínimo de lo que es un equipo informático, sus posibilidades y usos.
Pero puede suceder que el uso que se le vaya a dar al producto de apoyo no sea éste, sino utilizar un programa específico para el que sólo es necesario, por ejemplo, entender qué es hacer clic.
Toda esta información va a ayudar a predecir si realmente un sistema de seguimiento visual va o no a ser de utilidad para una persona.
¿Por qué se debe hacer este análisis previo?
Fundamentalmente por tres motivos: el primero y fácil de entender, es el económico. Ahora mismo hay un dispositivo con un coste inferior a 200€, pero está diseñado para emplearse en video juegos, por lo que no contempla varias opciones de ajustes necesarias para personas con discapacidad.
El segundo motivo es porque se deben conocer las demandas que requieren las tareas planteadas y comprobar que la persona tiene las herramientas suficientes a nivel motor, cognitivo y sensorial, para satisfacerlas.
Y por último, porque hay que pensar en el bienestar del usuario. No debemos generar falsas expectativas ni embarcarle en un proceso de entrenamiento que le va a requerir mucho esfuerzo cognitivo, sensorial y motor si desde el primer momento se tiene claro que los resultados no van a ser satisfactorios.
Teniendo en cuenta la dificultad que puede suponer realizar esta tarea, se ha preparado un documento en el que analizan las demandas que supone el acceso a través de un sistema de seguimiento visual para utilizar un ordenador con todas sus funciones y actividades.
A pesar de contar con esta herramienta, se hace necesario testear con usuarios si estas funciones, actividades y componentes son realmente determinantes para predecir el éxito o no de este producto de apoyo como acceso al ordenador.
Al analizar las demandas surgidas de este análisis, se han podido identificar tres grandes grupos de capacidades que el usuario ha de mostrar para ser funcional en el uso del dispositivo como emulador de ratón: