- HSR Robot: robot diseñado para manipular objetos del hogar y llevarlos de un sitio a otro
- TIAGo robot: capaz de navegar en el interior de hogares y manipular y trasportar objetos, así como abrir puertas o cajones
- Robear: robot enfermero cuya misión es levantar, acostar, o sentar en sillas de ruedas a personas con problemas de movilidad
- Robot Social ARI: diseñado para ofrecer acompañamiento a personas mayores para evitar la soledad, así como ofrecer ayuda como recordatorios de toma de medicación
- OBI: robot que cuenta con un brazo robótico para alimentar a personas con movilidad reducida
- PR2: robot con ruedas y brazo robótico que puede ejecutar tareas con gran precisión, de modo que puede realizar tareas que van desde afeitar a alguien a transportar objetos pesados de un sitio a otro.
Robots asistenciales
Los robots han llegado para quedarse y para formar parte de nuestro día a día. Sin darnos cuenta, interactuamos con ellos todos los días de una manera natural.
Algunos ejemplos son la interacción con los micrófonos inteligentes, con los asistentes conversacionales para hacer trámites online, o para pedir información sobre un producto vía web, o los robots aspiradora que tantos hogares tienen para ayudar en las tareas de limpieza.
Todos estos robots, ya sean en versión únicamente software, o aquellos que cuentan con una apariencia física, tienen por objetivo mejorar la vida, ya sea ayudando en tareas del día a día, o dando información, o algún tipo de servicio, las 24 horas del día todos los días de la semana.
Dentro de todos estos robots, existe un tipo destinado a mejorar la vida de las personas con discapacidad, y personas mayores. Estos robots reciben el nombre de “Robots asistenciales”.
Los robots asistenciales deben cubrir requisitos relacionados con las actividades básicas que una persona con discapacidad o persona mayor, pueda realizar en su día a día. Por ejemplo, ayudar a interactuar con objetos que se encuentran en el entorno, realizar un apoyo cognitivo y social, monitorizar el estado de salud de la persona a cargo, así como garantizar la privacidad y seguridad del individuo. Además, debe ser capaz de aprender del comportamiento humano y adaptar sus parámetros de funcionamiento a la persona, situación y entorno concreto para ser realmente de utilidad. Por último, la interfaz debe ser amigable en apariencia, y de interacción lo más natural posible, pues no debe causar rechazo en su uso.
Se citan a continuación algunos ejemplos de robots asistenciales que existen en la actualidad: