Sólo el 2% de los edificios de viviendas construidos después de 2011 son universalmente accesibles, según el informe ‘La accesibilidad de la nueva vivienda en España’, elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios en colaboración con la Cátedra Unesco de Vivienda de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.
El trabajo denuncia que pese a las estrictas medidas recogidas en la Ley sobre Accesibilidad y no discriminación de las Personas con Discapacidad de 2010, los nuevos inmuebles siguen incorporando barreras arquitectónicas.
En los edificios de nueva construcción, aún existen un 30% de entradas con escalones o escaleras, un 54% carece de rampa y sólo un 8% tiene elevadores eléctricos.
En España, donde existen 9,8 millones de edificios destinados a viviendas, 2,5 millones de personas tienen problemas de movilidad, 608.000 viven solas en su hogar y 100.000 no salen nunca de su casa.
El informe ha analizado y comparado el grado de accesibilidad de las viviendas construidas antes y después de 2011, tanto desde el punto de vista de la accesibilidad universal, como desde la óptica de la accesibilidad legal.
Desde el primero se ha mejorado ligeramente, señala, al pasar de un 0,6% en los inmuebles construidos antes de 2011 a un 2% en aquellos construidos después de 2011. En cuanto a la “accesibilidad legal”, sólo un 5% de los edificios construidos después de 2011 son totalmente accesibles en todos sus puntos (en el itinerario desde la calle a la puerta del piso), pese a que ya debieron construirse conforme a los requisitos que marca la ley.
Si uno se centra en el portero automático, en el 31% de los edificios no lo pueden usar personas con sillas de ruedas y en un 48% de los casos no hay videoportero. Un 2% carece de este dispositivo. Además, el 45% de las puertas de entrada al edificio no se aguantan solas ni se cierran lentamente y el 35% son demasiado pesadas.
En cuanto a los elementos previos a la entrada, en los inmuebles de nueva construcción aún siguen existiendo un 30% de entradas con escalones o escaleras, un 54% carecen de rampa y sólo un 8% tienen elevadores eléctricos. Cuando existe rampa, el principal problema es que no tiene barandillas a ambos lados (44%) o que está excesivamente inclinada (16%).
Sin embargo, la accesibilidad del ascensor sigue siendo la peor de todo el recorrido. Aunque los edificios sin ascensor han pasado del 21% en los pisos construidos antes de 2011 a un 3% para los construidos a partir de entonces, todavía algunos se cierran demasiado pronto (16%), en algunos no existen botones en sistema braille (20%) y en otros no se anuncian los pisos con audio (55%).
En el caso de los buzones, un 46% no son accesibles para personas en silla de ruedas. Y si avanzamos hacia el garaje, la estrechez de las plazas sigue siendo un inconveniente para las personas con movilidad reducida en un 53% de los casos.
En cambio, jardines, piscinas y otras zonas comunes han experimentado una considerable mejora en las viviendas construidas a partir de 2011. El 74% son universalmente accesibles, frente al 57% registrado en los inmuebles anteriores a 2011.
Fuente: Solidaridad Digital