Accesibilidad a la tecnología en el contexto educativo
El alejamiento de las aulas debido a la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, nos ha permitido evidenciar que las nuevas tecnologías nos permiten realizar tareas como el aprendizaje a distancia. También ha puesto de manifiesto que, en algunos casos, esta misma tecnología puede suponer una barrera para algunos colectivos como puede la brecha digital entre profesorado, padres y alumnado. Esta barrera se debe, en parte, a la falta de accesibilidad en la tecnología aplicada, o por la dificultad de acceso a la propia tecnología por motivos económicos o geográficos.
Aunque para algunas personas abrir una cuenta en Google Classroom, realizar una teleconferencia o recibir clases online son tareas cotidianas, no es el caso para todas las personas. Para muchos, entre ellos profesores, alumnos y padres, son experiencias nuevas. La falta de accesibilidad hace que para el colectivo de personas con discapacidad sean particularmente difíciles.
Por ello, para conseguir una experiencia óptima y enriquecedora, hay que tener en cuenta las necesidades específicas de cada alumno y su familia. Se debe procurar, desde la accesibilidad de la plataforma utilizada, que se faciliten contenidos en diversos formatos. Por ejemplo, subtítulos, interpretación en lengua de signos o audiodescripción.
Otro problema que enfrentan muchas personas usuarias de la educación a distancia es la falta de contenidos en lectura fácil. Muchas personas con discapacidad intelectual o con dificultades con el idioma están teniendo muchas dificultades para comprender el contenido y poder cumplir con los deberes en igualdad de condiciones.
Asimismo, se han de adaptar los tiempos, las formas de evaluación, la forma de comunicación entre padres y profesores, para que todos los estudiantes puedan seguir teniendo las mismas oportunidades y puedan continuar su formación sin barreras.
Muchas de estas nuevas formas de relacionarnos y de hacer nuestra actividad diaria habrán llegado para quedarse, al menos, por un tiempo. Cuando la “nueva normalidad” llegue a las aulas, es muy probable que haya un estilo de formación combinada: la presencial y la virtual. Por tanto, es necesario detectar todos aquellos problemas que podamos estar encontrando entre nuestro alumnado para poder darle solución, sin olvidar a los padres y madres con discapacidad, que también forman parte de la comunidad educativa.